De lo que más escucho en mis lives o leo en redes sociales es “Marta, ¿cómo le hago para emprender?”, “¿Cómo le hiciste para tener tu negocio?”, “Quiero emprender pero me da miedo el dinero, perder un ingreso fijo, etc.” Emprender. Emprender. Emprender.
Desde que comenzó la ola del emprendimiento muchos han querido subirse; algunos lo hicieron con éxito, otros no tanto y otros más se bajaron antes de empezar ¿Por qué hay quienes sí lo logran y quienes se quedan en el camino? Porque emprender no es para todos y se necesita más que skills mecánicos y conocimientos para mantenerte en la cuerda floja sin caerte.
No todo el mundo nació para emprender, y está bien. Hay gente que vive feliz con su trabajo de 8 am a 6 pm y una hora de comida, y no “está mal”. Ahora, por qué enfatizo en esto, porque parece que un check de “hacerlo bien” en los tiempos que vivimos ahora es ser emprendedor. Como entrenadora he visto y escuchado muchos casos de quienes vivían tranquilos en sus trabajos convencionales haciendo lo suyo de la mejor manera, y de repente lo soltaron todo porque alguien les dijo tal, porque vieron que todos tal y sintieron el empuje necesario para probar(se) en el emprendimiento. Pero luego, ni se sintieron cómodos dentro ni accionaron lo que se necesita una vez ahí.
«Pero Marta, si yo tengo muchas ganas, ¿cómo sé si el emprendimiento no es para mí?».
Comienza por preguntarte para qué quieres emprender. Porque emprender no es huir de tu jefe y del esquema que te obliga a respetar un horario, jerarquías y procesos; emprender, amigos, requiere muchos huevos y mucho estómago; por eso es que no todo el mundo es capaz de mantenerse en ese camino. Más allá de todo lo que sabes o puedas hacer, emprender requiere valentía porque es un negocio de líderes y de mucha disciplina contigo mismo.
Emprender no es la solución para dejar de ser godínez.
Otro error muy común es justo el de creer que emprender te dará tiempo libre, descanso cuando tú quieras, muchos momentos de esparcimiento, y además de todo, dinero rápido y “a tu manera”, cuando la realidad es que este es un negocio de riesgos y hay que pagar muchos precios en todas las etapas, desde que eres tú contigo hasta que formas un equipo. Es de riesgos porque si todo sale bien, tú lo has hecho bien, y si todo sale mal, es tu culpa por no haberlo hecho diferente. No todos están dispuestos a lidiar con eso cada día, ni a tomar decisiones que pueden mejorarlo todo o llevarlo a la quiebra, ni a estar en movimiento constante y mucho menos a navegar en el conflicto.
Por favor deja de creer y predicar que el emprendimiento es LA solución a tu vida de hueva en la oficina o EL nuevo modelo de trabajo que todos deberían seguir en la actualidad. Vivamos y dejemos vivir a los demás con su propia manera de sentirse productivos, porque también es súper válida y construye a nuestro país. No, no es cierto que irte a emprender ya no te va a hacer sufrir a causa de tu jefe y tus compañeros, eso es una conversación. Si eres víctima en tu oficina serás víctima en todos tus espacios. Tiene qué ver con quién eres y cómo te mueves en el mundo, así que sé responsable con lo que dices, con quien eres y reflexiona si de verdad el mundo del emprendiendo es para ti.
Ahora, tampoco quiero ser la jueza que dicta quién sí y quién no. No es así. Si hay cualquier parte de ti que está dispuesta a hacer la chamba, adelante; sigue y hazlo convencido, comprometido y con constancia. Créeme que si eliges trabajar en ti y ser responsable de todos los momentos de tu vida tu negocio va a prosperar. Quien sea que esté dispuesto a atravesar su propia mente puede crear resultados extraordinarios, y no me refiero sólo al dinero.
Si quieres estar aquí, hazte estas preguntas:
¿Qué líder vas a ser tú? ¿De qué vas a dejar de ser víctima? ¿A qué estás dispuesto a hacer, y a renunciar, para alcanzar tus sueños?
Marta Ro.