La semana pasada dedicamos la entrada en el blog para conocer la diferencia entre los conceptos o entidades que asociamos con la cabeza: cerebro, mente y ego. De los tres, puedo asegurar que de la que más hablamos, y menos conocemos, es de la mente. Nos referimos a ella todo el rato porque creemos que ahí vive nuestro poder: si la “dominamos” conseguiremos ‘lo increíble’ (?), no padeceremos ningún dolor (??) y nuestros problemas se reducirán al mínimo por no ‘exagerar’ la realidad (???). No funciona exactamente así por una sola razón:
ESE ES EL TRABAJO DE TU MENTE, PONERTE EN SITUACIONES LÍMITE, DE RIESGO, EN ESCENARIOS DONDE PODRÍAS ESTAR EN PELIGRO, CON UN PROPÓSITO: MANTENERTE “A SALVO”.
Tu mente no está hecha para que ganes,
Existe para decirte ‘¡No, eso podría salir mal!’; ‘te van a lastimar’; ‘te va a doler’. Es el freno de mano para no moverte, y funciona.
Si no lo creen, piensen en todas las veces que no han dado el salto a lo que en realidad quieren, una relación, un trabajo o un sueño. No van solos diciendo solamente ‘no puedo’, ‘mejor no’, ‘me da miedo’; participa la mente creando todos los escenarios fatídicos posibles para darte evidencia de por qué es mejor no hacerlo ¿Cómo lo hace? Guarda información del pasado que ‘acomoda’ según identifique situaciones similares actuales; es decir, hurga en lo que ya viviste y encuentra momentos en los que las cosas no han salido bien para traerlos al presente y demostrarte que pueden ocurrir nuevamente. Cree que lo que ve es real, y por lo tanto, estás en absoluto peligro. Por ello, la mente es la que salvaguarda nuestra integridad porque nos impide tomar el riesgo.
¿Por qué es importante entrenar tu mentalidad?
El fin del ‘buen mindset’ no es ser la persona disfrazada de optimista, la positiva, la de ‘aquí no pasa nada’ para escapar del momento, sino darnos cuenta del panorama, saber qué es lo que tenemos enfrente y decidir ponernos por encima de los hechos para transitar con una herramienta, la que cada quien elija, a través de las circunstancias y no a pesar de ellas.
Para modificar la representación de nuestro mundo externo, es posible mover y elevar la mentalidad de un ser humano. El mindset sí se contagia. Verán afuera lo que creen primero en su mente; por ello es importante rodearse de “otras mentes” optimistas, valientes, dispuestas, enfocadas en el ‘cómo sí’, etc. Recordemos que donde ponemos nuestra atención la energía crece. Comencemos por cambiar nuestro propio mindset para vivir otro mundo externo.
Elevar la mentalidad no sólo sirve para resolver problemas porque la mente no hace ruido nada más en estos casos, sino también en la toma de decisiones, en las crisis, en los momentos de muchas emociones, etc. Por ello, saber qué herramienta emplear momento a momento hace toda la diferencia entre accionar y reaccionar. Está bien hacerle caso a la mente en momentos de auténtico peligro, pero en otros, cuando sólo nos impide avanzar, omitamos su papel y vayamos a pesar de ella. El instinto siempre nos sacará a flote porque el riesgo de vivir es inminente, así que tampoco tachen a su mente de enemiga, hace su chamba y la hace bien.
Si le haces caso a la mente en todos los momentos de tu vida te aseguro que estarás a salvo, pero nunca irás por más. Como siempre, tú eliges.
Marta Ro