Ser líder es igual a ser mamá

Si te preguntara qué es más difícil: ser líder o ser mamá, ¿cuál sería tu respuesta? Antes de responder seguro pensarás qué tiene que ver uno con la otra, pues más de lo que piensas.

Si eres mamá, quizá responderás que ser líder; y si estás en el camino del emprendimiento, manejo de equipos o eres dueño de tu propio negocio, seguro dirás que mamá. La respuesta es: ambos piden la misma energía, el mismo esfuerzo y la misma visión de cómo serlo. 

Me encanta usar esta analogía porque en la escala moral de cada quien una siempre parece estar por encima de la otra, o al menos es lo que nos gusta contarnos como seres humanos y justificar la que, a nuestro juicio, parece más importante.

Ahora, ¿cómo es que elegir ser un líder es igual a ser mamá? 

Si tienes hijos, piensa cómo es que aprendiste a ser mamá. Te aseguro que no hubo un paso a paso ni seguiste “Los 10 tips para ser una buena madre”. No existe tal; hay recomendaciones, consejos de tus cercanos, experiencias de otras mamás, etc. Pero tú sabes que nadie te enseña a serlo, fuiste tú con tu intuición, instinto y a base de prueba/error la que aprendió sola en el camino de la maternidad. Ser un líder es igual.

Por eso es que me parece curioso cada vez que se acercan a mí a preguntarme ‘¿Cómo le hago para llevar a mi equipo?’ ‘¿Cómo sé si soy un buen líder?’ ‘Dime cómo ser líder’, etc. No hay una fórmula o un checklist porque no hay líderes de manual. El liderazgo no es una serie de pasos a cumplir; se trata de tomar la decisión, el riesgo y elegir inspirar a otros con tu causa. Un líder no manda, es guía pero sobre todo despierta a otros a sus propios talentos, a su fuerza y a su poder. 

Como mamá haces lo mismo. No buscas que tus hijos marchen a tu paso, no si de verdad estás comprometida con guiarlos y acompañarlos, si no, te invito también a repensar tu papel como mamá, sin juicio de por medio, pero tú sabes que el rigor tampoco es el camino; yo sé que en tu corazón tu anhelo más grande es ver a tus hijos volar con sus talentos, con sus propias alas y hacia aquello que los haga felices. Quieres que se encuentren a sí mismos y labren su propio camino. Tu misión es estar cerca, darles las herramientas y sostenerlos mientras eso sucede, ¿por qué ser un líder debería ser distinto? Un líder hace lo mismo con su gente: los pone por delante, guía con herramientas su camino y los acompaña en su crecimiento, pero también en sus caídas. Ser un líder es entender que, al igual que una mamá lo sabe, cada persona y cada hijo es diferente. No puedes hablarles ni enseñarles del mismo modo porque no son el mismo ser humano, ahí está la chamba y por eso es que toma muchos huevos estar con la gente. 

Deja de querer meter a todos en la misma bolsa. Si quieres verdaderamente ser un líder, escucha y observa a tu gente antes de decirles qué hacer; si tú aprendes a conocer a cada uno sabrás cómo dirigirte a ellos y formar un equipo sólido. No es fácil, pero tampoco es fácil ser mamá. La vas a regar, vas a sentir miedo y vas a querer tirar la toalla varias veces hasta que encuentres tu propia manera de ser un líder así como encontraste o encontrarás tu forma de ser mamá. Eres quien eres. No está bien ni mal. Estás apoyando a otros seres humanos y eso es valiente y motivo para honrar. 

Así que la próxima vez que te sientas incapaz de ser líder, mírate cómo sí lo has hecho posible como mamá, y si no lo eres, voltea a ver a las mamás de tu vida, ellas son el mejor ejemplo de que parir no te convierte en madre, lo eres cuando pones tu empeño, esfuerzo y corazón en guiar y acompañar a otro ser humano a convertirse en quien elija ser. 

Si estás en el camino del liderazgo, suelta el control de cómo se deben de ver las cosas y las personas; empuja a que tu gente crezca y se sienta cómoda en su propia piel para que pueda salir al mundo a aportar sus talentos de tu mano. 

Ser un líder es una decisión tan grande como elegir un rol importante en la sociedad como ser mamá, no lo olvides.

Marta Ro. 

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Un comentario

  1. Jamás había visto las cosas así, la comparación es tan cierta, trato de hacer mi mejor papel como mamá, pero como líder me ha costado mucho trabajo, atraer a las mujeres que deseen acompañarme en esta travesía.

    Gracias Marta

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