¿Qué de cierto hay en que cuando una mujer se convierte en madre ha de ser este su papel de toda la vida? ¿Qué hay de las que decidimos no serlo? ¿Por qué muchas veces ser mujer es ser madre? Y si no lo quieres, ¿entonces en quién te conviertes?
La ‘MALA EDUCACIÓN’ de este miércoles tiene un mensaje para las mamás, para quienes están a punto de serlo, para las que aún no saben que lo serán, para las que quieren serlo y para las que no quieren también: no naciste para ser madre. Tu propósito de ser y estar aquí no es concebir, no es dar vida, no es vivir a través de alguien más, porque antes de ser madre ya eras tú.
El condicionamiento social del ‘deber ser’ femenino, la idea de la familia, la trascendencia o ‘la realización como mujer’ son preceptos que aún nos persiguen a las mujeres y que precisamente condicionan nuestro rol dentro de la sociedad. Todo se va manifestando luego de los 30 -no importa si estás casada, si no lo estás o si tienes o no una pareja- porque el tema de ser mamá parece que tiene que ver más con los años y no con la decisión consciente de lo que implica convertirte en una. Hoy quiero que este post sea una invitación profunda para preguntarnos qué es ser una mamá y ‘para qué’ (no por qué) queremos serlo; y si ya lo eres, mirar un poco más dentro de ti y notar si la mamá que ves está alineada con la mujer que eres. Hoy quiero decirle a las mamás que asumirse como tal seguro es una experiencia increíble, pero es sólo una parte de ustedes. Su propósito, estoy segura, es otro aún mayor. La misión continua es descubrirlo y ponerlo al servicio. Me gusta pensar que una madre es una acompañante que le descubre el mundo a otro ser humano por un periodo de tiempo limitado, y esto es lo que quisiera compartirles porque me parece una manera sublime de interpretar a la figura materna: somos los primeros ojos de alguien, la primera vez de todo en la vida de otro ser humano ¿Se imaginan pensarse así como mamás y no sólo como la que tiene que cuidar, alimentar, educar y un largo etc. que termina en la mamá Uber?
No somos más mujeres o ‘mujeres completas’ cuando nos convertimos en madres, conocemos otra parte de nosotras que probablemente ni siquiera imaginábamos tener, al menos es lo que pienso al respecto. No sé si la mejor, para algunas quizá sí; para otras seguro no lo es tanto ¿Y qué creen? Las dos son válidas. Tampoco estamos ‘incompletas’ las mujeres que por elección no somos madres. En lo que a mí respecta, no me atrevería a hablar por todas, estoy convencida de que mi propósito está con la gente y me veo, como hasta ahora, apoyando a otr@s a crear una manera distinta de hacer las cosas e interpretar la vida. Eso también es alumbrar, formar y acompañar.
Si son mamás, las invito a no perderse a sí mismas en ese rol; las invito a no ser a través de sus hijos. Las invito a seguir siendo ustedes antes que madres. A las que no somos mamás y no queremos serlo, nos invito a resignificar el papel de ser mujer en nuestro entorno, en este tiempo, pues hay muchas más maneras de dejar un legado. 🌱 A ambas: nos impulso a descubrir nuestro verdadero propósito porque, estoy segura, cada una posee un regalo único que el mundo necesita.