Mucho he compartido en este espacio sobre cómo se ve y cómo se mueve un líder en el mundo: guiado por un propósito sólido, en constante renovación de quien es, un practicante activo del liderazgo horizontal y un eterno aprendiz de quienes le rodean. Pero esta vez quiero dedicar las siguientes líneas a escribir sobre la voz de un líder ¿Cómo se escucha, cómo se lee y cuál es el lenguaje de un líder consciente?
Puedo distinguir 3 maneras de hablar muy distintivas de un líder, pero todas parten de una premisa: un líder sabe que su voz importa e impacta; por lo tanto, lo que dice no es casual porque reconoce el poder de las palabras y siempre pone una intención clara en lo que sale de su boca. Si esto es así, el lenguaje de un líder consciente es un recurso muy útil para generar movimiento afuera.
La primera manera es: “Hablo por mí”, no por los demás. Un líder que vive y practica la conciencia sabe que generalizar no es responsable y es señal clara de no entender que la vida depende de ti. Cuando generalizas repartes culpas y te lavas las manos sobre lo que te corresponde.
Hablar por ti, en primera persona, libera a los demás de la responsabilidad sobre lo que sientes y lo que haces y te obliga a hacerte cargo de tu propia vida. Expresarse de esta manera también genera empatía entre los demás porque el líder se muestra en el mismo nivel que el resto, viviendo experiencias similares y comunes como nos ocurren a todos.
La segunda manera es: “Nada ‘me pasa’. Yo creo todo a cada momento”. Un líder consciente no es víctima de las circunstancias porque está convencido de que es el creador de su vida. Sabe que siempre puede elegir, y por lo tanto, los eventos de su vida son eso, elecciones que hizo con responsabilidad. De este modo no hay espacio para creer que la vida “le pasa” y “lo malo le ocurre”, pues lo que ha hecho y hasta donde ha llegado es el resultado de una decisión que generó movimiento para lo bueno y para lo no tanto.
La tercera manera es: todo lo que siga después de decir “Yo soy”, será. Es decir, un líder sabe que su lenguaje es generativo; por lo tanto, lo que dice que es lo proyectará en fondo y forma.
Yo soy … valiente.
Yo soy … amoroso.
Yo soy … honesto.
Yo soy … responsable.
O
Yo soy … insuficiente.
Yo soy … crédulo.
Yo soy … menos.
Yo soy … tonto.
Yo soy … desafortunado.
Me atrevo a decir que de las tres esta es la manera más importante de usar el lenguaje en un líder. Nada ocurre si primero no se sabe. Cuando un ser humano, líder o en el camino de, afirma “Yo soy” abre un abanico enorme de posibilidades; se muestra poderoso, completo y bien parado por su causa. Estas dos palabras juntas son poderosísimas en la creación de un resultado: para hacer primero hay que ser.
Un líder consciente sabe que todo lo que dice lo está perpetuando, y con ello, abriendo camino a quien quiere ser en el mundo.
Un líder es un miembro de una estructura horizontal en la que todos participan de manera activa. Su voz y decisión está al mismo nivel que la del resto. Cree en el trabajo en equipo, pero antes, en el equipo mismo. Reconoce que necesita de los talentos de los demás para cumplir sus objetivos. Escucha. No hay imposición en sus decisiones, hay apertura a una mejora. Pide y escucha el feedback. Sabe cuándo es momento de confrontar y de hacer preguntas. Pide la participación de todos para llegar a soluciones efectivas. Cree en los seres humanos que se suman a su causa y sabe que, como el propio líder, tienen derecho a caerse y a experimentar sus emociones en libertad sin que estas interfieran en el cumplimiento de los objetivos.
Un líder se sabe poderoso también por lo que habla.
Marta Ro.
2 respuestas
Muy interesante. 💖
Desde hace tiempo quite al dirigirme co alguien el yo soy, porque me decían que era como muy yo yo y nada humilde, creo que eso ahora que te leo es una creencia y probablemente hasta bajo mi autoestima en algún momento, cosa que ahora trabajo día a día. Gracias Martha