Siempre he dicho que si yo tuviera una varita mágica…
Entre muchas otras conversaciones, eliminaría la falta de integridad en mi país y haría que cada persona fuera su ‘palabra de honor’.
¿Quieres saber por qué no confían en ti y por qué tú no confías en los demás? Porque no tenemos palabra.
Hablo de nuestro contexto como mexicanos. Hablo de la desconfianza que sabemos que existe en nuestros espacios: en el trabajo, en nuestras relaciones, en el trato uno a uno con algunas personas, etc. Estoy segura que más de una vez has vivido la experiencia de no confiar en alguien porque sabes que no cumple lo que dice, como sé que más de una vez has dicho o hecho algo que sabes que no cumplirás. Es un círculo vicioso de mentiras para no afrontar lo que realmente es: un sí o un no.
En el cumplimiento de nuestra palabra vive la confianza, esta sólo se crea en la solidez de hacer lo que decimos que vamos a hacer.
Ejemplos hay un montón, pero decir ‘sí’ cuando queremos decir ‘no’ -o al revés- es uno de los más comunes y de los que vemos simple, como que “no pasa nada”, y sí pasa. Pasa que la gente no sabe cuándo es un ‘sí’ con certeza o un ‘no’ con seguridad. Piénsalo, tú sabes en quién sí crees cuando te dice ‘sí’ o ‘no’, ellos son en quienes realmente confías, te lo aseguro.
Como entrenadora de equipos sobre todo en nuestro país, lo más importante para mí es crear confianza al interior de las organizaciones. Como en cualquier relación, la confianza es el pilar máximo en un equipo. Es lo que hará que puedan sostenerse entre ellos y lo que les permitirá avanzar con claridad entre lo que dicen y lo que hacen.
Pero en el aspecto personal, no cumplir a tu palabra es lo que merma tu autoconfianza y tu autoestima. Si no cumples lo que prometes a los demás, ¿por qué sí lo harías contigo? Ser alguien de fiar no es decir “yo prometo”, es saber el peso de tus palabras y el poder que ejercen en tu manera de actuar. La única manera de crear confianza en ti y en los demás es: haciendo lo que dices que vas a hacer. Que tus palabras sean congruentes con tus actos habla más que lo que sale de tu boca.
Deseo que tus ‘sí’ y tus ‘no’ signifiquen algo, y que cuando digas ‘sí’ cumplas a fuego lo que dices.
De todo esto, lo que más me interesa es que empieces a notar qué es lo que hay detrás de no ser congruente y faltar a tu palabra. No se trata de etiquetarte o etiquetar a otros como “gente falsa” o “mentirosos”. Nadie nació con estos calificativos. Es aprendido porque sacas algo cuando no haces lo que dices, y sólo tú sabes qué es: quizás es miedo a perder una relación, pereza de dar explicaciones, compromiso por quedar bien, etc. Lo valioso es darte cuenta de qué es lo que te mete en esa esquina cuando estás confrontado a decir la verdad.
Comienza por practicar la valentía de decir ‘sí’ cuando lo es y ‘no’ cuando no quieres algo.
¿Cómo se vería nuestro país si fuéramos personas de palabra?
Empieza por ti y por tomarte las cosas en serio.
Marta Ro.