El chiste es empezar

Muchas veces te has visto esperando el ‘momento perfecto’ para crear la vida de tus sueños. El ‘día bueno’, cuando los astros se alineen y ‘el Universo conspire’, y sí conspira, pero pide que pongas todo de ti. Sólo existes a la espera de ‘la señal’ sin entender que la vida de ensueño que anhelas puede empezar en este instante, mientras estás leyendo esto.

Hoy te quiero decir algo: la vida no es un ensayo. No te estás preparando para EL GRAN DÍA, este es el GRAN momento. El primer paso es… ¡Empezar! 

Deja de ensayar y comienza a vivir, no sólo existas. Deja de ‘prepararte mentalmente’ y sal a accionar tus talentos. No hay ‘momento perfecto’, hay momentos presentes que suceden y en los que es posible reconocer la perfección que ofrecen. 

Pensar tanto sólo hará que tu mente se interponga entre tú y tu meta. Recuerda: análisis + análisis = parálisis. Cada vez que te avientas ‘sin red’ aprendes algo nuevo de ti, y créeme, siempre encontrarás la manera de volar en la adversidad. 

No tienes que esperar a que todo esté puesto para dar el salto. La diferencia entre quienes logran sus sueños y objetivos grandes y tú que miras el tiempo pasar, es que mientras ellos se lanzan por todas, así -como kamikazes-, tú lo sigues pensando, planeando, armando el “juego perfecto”… 

¡Aviéntate al acantilado y te saldrán las alas! 

Todo empieza con el primer paso. 

Pon un pie enfrente del otro. 

La gente que hace lo que tú no haces brinca porque sabe que las alas le saldrán en el camino. Es mas, no sabe, sólo confía y salta.

START! El chiste es empezar. 

Si crees que del punto A al punto B la línea es recta, prepárate para ensuciarte mientras llegas. No hay camino recto ni proceso limpio. La carnita está en lo que tienes que hacer para llegar al otro lado, y generalmente es un desastre. Ir de un escalón a otro, duele, claro que duele, y en el salto te puedes caer, romperte, mancharte la ropa, rasparte o arañarte.

No hay manera bonita de llegar, hay manera real, y casi nunca es suavecita. 

  • Embárrate en el proceso.
  • Cáete sin meter los brazos.
  • Revuélcate sabroso.
  • Mánchate las manos (siempre en integridad, por favor).

El proceso es proceso porque es desastroso: 

Te vas a caer.

Te va a doler.

Se burlarán de ti.

Todo saldrá “mal”.

Pero vas a llegar. 

Lo que te detiene para moverte es que crees -o quieres- que todo se sienta cómodo, cuidado y perfecto ¡Para! Avanza, abraza y disfruta el desastre. Ya estás aquí, embárrate que sólo así se siente estar vivo. 

No hay movimiento repentino, hay pasos constantes, día con día, momento a momento, hasta que construyas lo que quieres ver en tu vida. Si quieres ver tu futuro, mira lo que haces hoy en práctica y constancia. Son tus hábitos los que forman tu realidad y crean tu destino, no la alineación de los astros ni los decretos divinos. La constancia es la clave para la evolución.

Tu tiempo es limitado ¿Para qué estás aquí? Para hacerse de un lugar, hay que ocuparlo no sólo usarlo. Ocupa un lugar en el mundo:

  • Pon tus talentos al servicio de los demás.
  • Comparte tu abundancia sobre todo de ser.
  • Conéctate con la gente.
  • Hazte responsable de tus palabras, de tus acciones y de tus emociones.
  • Deja este mundo mejor de lo que lo encontraste.

Porque el tiempo es un recurso prestado; si este regalo ya te fue dado: es para construir afuera. 

Así como las estrellas no se alinean en señal para que te muevas, los huevos no caen del cielo… Se llama valentía. Simplemente brinca ¡Empieza ya!

Marta Ro. 

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