Reinventando la feminidad

Aprende a cuestionar la mujer que eres para convertirte en la mujer que naciste para ser

¿Quién eres como mujer? ¿Cómo te identificas, pero sobre todo, cómo te reconoces? ¿Cuál es tu tribu y qué es lo que te conecta con ella? 

Dentro de todo lo que rodea al Día Internacional de la Mujer, la lucha de las mujeres contra la violencia de género, por el reconocimiento de nuestros derechos, por oportunidades equitativas respecto a los hombres, por la participación de más mujeres en el sector público y privado, etc., hay un punto de vista que quisiera compartir y que, de igual manera, nos compete a todas: quiénes somos como mujeres, ¿somos realmente las mujeres que deseamos o vamos sólo navegando en la creencia de “lo que debería ser” una mujer actual?

Considero necesario plantear esta pregunta en el presente, cuando parece que existe un solo feminismo válido, que faltar a la marcha reduce tu compromiso con las mujeres y que no es posible construir otras resistencias ¿Por qué lo digo? No me reconozco feminista, y sin embargo, soy una mujer que empatiza con la problemática social que existe en nuestro país, pero mi postura y mi contribución están relacionadas con el cuestionamiento personal de la mujer que soy, porque es con ella con quien salgo al mundo a dar, a tejer redes para otras mujeres, a crear espacios donde quepamos todas. 

Hoy te pregunto esto porque otra manera de avanzar juntas es estar seguras de quienes somos; abrazar cualquiera que sea nuestra manera de vivir la feminidad y validar la de las demás. 

Sé la mujer que naciste para ser cuestionándote quién eres ¿Qué sí va contigo y qué no? ¿Cuáles son tus no negociables? ¿Con qué postura o manera de vivir(te) conectas? No para ser más que las demás, sino para expandir el espectro de la diversidad en el que todas las mujeres podemos ser quienes nacimos para ser. 

Las mujeres del presente tenemos exceso de energía masculina. Somos fuertes, penetrantes, resolutivas y proveedoras, lo que en momentos hace que nuestra energía femenina se diluya y olvidemos que podemos cuidar, nutrir, sostener, etc. Energía no tiene nada que ver con roles ni con género. Dentro de cada ser humano existe energía masculina y femenina y podemos vivirnos más en una u otra.

La energía femenina es agua y aire; son ciclos; envuelve, fluye y es creativa. Abraza en todos los casos y es protectora. Los roles femeninos son con los que crecimos de acuerdo al contexto de cada una y que están socialmente construidos para determinar qué es y cómo se debe ver un hombre y una mujer; son los que podemos cuestionar para retarlos, salir de ellos o replantearlos. No “tenemos que” vivir más en energía femenina ni cumplir un rol. Aprender a cuestionar la mujer que eres es saber que está bien la manera en que para ti es válido vivirte como mujer:

  • Es válido que quieras emprender como lo es trabajar para alguien más.
  • Es válido ser independiente como desear una familia tradicional.
  • Es válido vivir con tu pareja como desear casarte. 
  • Es válido luchar en lo público como en lo privado dándole su lugar a otras mujeres en tu vida, pagando sueldos justos, reconociendo los talentos de quienes te acompañan, honrando la vida y el trabajo de tus compañeras, etc.
  • Es válido desear ser madre como elegir no serlo. 

Lo que es cuestionable es que vivas una manera “correcta” para que otras mujeres te acepten; tu tribu conecta contigo por quién eres tú, por ser fiel a ti. Elige ser la mujer que quieres ser. Cada día. Momento a momento. Hoy tienes permiso de diseñarte como quieras. Esa es la auténtica revolución femenina.

Marta RO. 

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